lunes, 3 de agosto de 2015

Por el Norte de España (V). Andorra la Vella y Caldea

Sábado 11 Julio 2015.
Andorra (Caldea)

Otra de las maravillas que encontramos en Andorra la Vella, lleva nombre propio, y responde al de “Centro Termolúdico Caldea”. No sabría muy bien cómo definirlo, quizás spa, jacuzzi a lo grande, baños árabes modernos, balneario… la verdad es que es un autentico placer y relax para el cuerpo pasar unas hora en Caldea.
Y con esa intención, tras desayunar como marqueses en el Hotel, nos dirigimos a pie hasta el núcleo urbano de Escaldes-Engordany, apenas a un cuarto de hora de nuestro cuartel general en Andorra la Vella
Llegar no es complicado ya que su magestuosa torre de cristal nos indica el lugar. Luego y tras entrar en la recepción de las instalaciones una chica nos atendió y orientó para sacar el máximo rendimiento en el Centro. Animándonos para que visitáramos la zona llamada inúu, y es que las instalaciones tiene dos platas. En la primera más familiar, las piscinas de agua caliente están llenas de chorritos y cascadas, pero verdaderamente donde se disfruta de lo lindo es en las segunda, con piscinas de inoxidable, multitud de chorros de diferentes presiones y formas y con unas camas donde descansar y sentir los masajes que dan los chorros hacen desconectar de los problemas más profundos. Tampoco faltan las zonas lúdicas donde representan las zonas temáticas azteca, árabe, o las de los pomelos. Por supuesto no faltan las saunas, de sal, de humedad, el haman… En fin una maravilla donde el agua es recogida desde el manantial de Caldea y que llega a setenta grados, para después rebajar su temperatura y tratarla con ozono. Y como estábamos como pez en el agua, también en las mismas instalaciones decidimos almorzar, pasando así algo más de cinco horas acuerpo de rey.

En Caldea
Aspecto exterior de Caldea
Al salir de Caldea decidimos descansar un poquito en el hotel, y como nó, recorrer la avenida comercial de Andorra la Vella, donde las joyerías, perfumerías y tiendas de primeras marcas tienen su espacio, así como los comercio de Duty Free, de tabaco y bebidas alcohólicas, y por supuesto las centrales de los grandes bancos andorranos. Pero tengo que decir, que Andorra ya no es lo que era, y lo digo porque tras, esta, mi cuarta o quinta visita al principado la cosa ha bajado bastante. Aún así tiene su encanto. Sobre todo para la colonia rusa, que parece manejarse a la perfección en el lugar.


Y tras la cena, otra vez buenísima, decidimos toma una copita, o mejor dicho unas cervezas en una cervecería cercana al hotel donde degustamos la cerveza artesana de Andorra, acompañadas de buena música de jazz, como colofón a nuestra segunda y ultima noche en la ciudad. Eso sí, aquí echamos de menos las mantas y sabanitas de Vielha, ya que dormimos con las ventanas abiertas debido a la calina que hacía.
Avenida Comercial de Andorra La Vella

Iglesia de San Miguel, Andorra La Vella


Hotel Pyrenees














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