domingo, 11 de enero de 2015

Asturias Mágica (IV). Llastres y Dinosaurios

Rulando por el Norte de España.

Dia 4. (Sábado, 28/6/2014)
A Llastres en busca de Dinosaurios. (130 Km).

 

La lluvia quiso ser la protagonista de nuestro tercer día en Asturias. Y digo quiso ya que no paró de llover en casi todo el día, pero chozos de punta, rayos y centellas tendrían que haber caído para frenar nuestras ganas de seguir acumulando sensaciones.


Y con ese objetivo pusimos rumbo a Llastres, y tras los acontecimientos del día anterior por la Sierra de Ordiales, decidimos vehicular por carreteras más concurridas. Pero antes de eso nos dirigimos hasta la aldea de caño con la intención de visitar la estación de desove del salmón en pleno rio Sella.

Rio Sella en Caños.

Salmones vimos pocos pero paseamos por una sendita que toca el Sella y en la que nos topamos con algún que otro pescador que parecía para el tiempo en aquel maravilloso entorno, fue bastante placentero. Poco después  tomamos la N-625 dirección Arriondas, luego la AS-260 hasta Colunga donde nos topamos con la Oficina de Información cerrada, así que tras preguntar y mirar los indicadores seguimos hasta Llastres haciendo una paradita en el MUJA, Museo del Jurasico de Asturias, según parece estas son tierras donde los dinosaurios dejaron sus impronta en forma de huellas.

No entramos al museo pero nos deleitamos como niños tomando fotografías a los pies de las maquetas a tamaño natural de los dinosaurios que fuera del museo muestran su poderío. 


En el Museo del Jurasico
En ese instante la lluvia había dado una pequeña tregua que aprovechó a la perfección un fuerte aire que dotaba a lugar de tintes tenebrosos.


Llanes

Nuestro siguiente destino fue la villa marinera de Llastres (1.951 hab. 43º31N/05º16W) perteneciente al Consejo de Colunga. Allí nada más aterrizar plantamos (con suerte) la ranche en un lugar privilegiado y buscamos un restaurante para protegernos de la lluvia y llenar nuestros estómagos.



El Aldebarán fue nuestro refugio en el que el camarero, un hombre grandote y barrigón con una verruga en la cara nos trató a cuerpo de rey. Arroz, ensaladilla, cachopos, tinto gallego y un postre de yogur nos dieron las fuerzas más que suficientes para comenzar nuestro paseíto por la preciosa villa. Y allí también, en el Aldebarán, y tras charlar un ratito con el camarero entendimos que lo de las huellas de los dinosaurios, anda entre mucho de leyenda y poco de realidad. Lo que si fue real a todas luces son las maravillosas vistas que pudimos disfrutar desde el mirador, a los pies de la Capilla de San Roque, o del placentero paseíto (aprovechando unos rayitos de sol)  que dimos por sus calles con la Iglesia de Santa María de Sabada como protagonista. 

Playa de la Griega

En la vuelta y a pesar de la advertencia de nuestro camarero, guía particular hicimos una incursión en la Playa de La Griega, aún a sabiendas que encontrar las huellas sería complicado, no quisimos dejar escapar la ocasión de visitar la playa. Y como bien nos aconsejo nuestro amiguete, nada, de nada. Bueno a decir verdad tampoco buscamos mucho. Eso sí, las vistas merecieron la pena.

De vuelta a Cangas y tras asearnos, paseamos por la ciudad a modo de despedida, no en vano era nuestra última noche por aquellas tierras, y tras caminar un ratito cenamos tortos con jamón. Se trata de unas trotas de maíz que han pasado de ser comida de aldeanos a colocarse en las cartas de todos los restaurante.

A nosotros no nos convencieron mucho y más teniendo en cuenta los cachopos que se estaban metiendo en la mesa del al lado.

Ayuntamiento de Cangas de Onil.
Iglesia Nuestra Señora de la Asunción.











No hay comentarios:

Publicar un comentario