Dia 5. (Domingo, 29/6/2014)
De Cangas a Gijón pasando por el Museo Minero del Valle de Samuño. (124 Km).
Tocaba
cambiar de campamento base, y la verdad es que los cuatro días con sus noches
correspondientes en Cangas de Onil resultaron ser sensacionales.
Ahora tocaba cambiar de ciudad donde alojarnos. Y eso siempre suele ser
una sana incertidumbre. Pero antes de llegar a Gijón teníamos algunas cosillas
en la agenda para visitar. Así pues pusimos rumbo a Infiesto donde desayunamos
al solecito unas tostaditas con mantequilla buenísimas. Luego continuamos hasta
Nava por la misma carretera por la que llegamos hasta Infiesto la N-634, hasta
pasado Nava (unos kilómetros después) tomar la AS-119 que nos llevaría por
pequeñitas adleas como Fresneda o Campiello donde cambiamos a una carreterita
aún más estrecha la SI-14, donde nos topamos con más aldeítas como Los Cañales,
El Acebal, La Cruz, para luego tomar la AS-324 hasta Llovera, La Magdalena o La Rasa.![]() | |
En ruta hacia Langreo |
Todo
ello entre valles con vistas maravillosas, donde parase era una tentación a
cada minuto andado.
Que
andábamos perdidos era una realidad que nos hizo llegar tarde a nuestra cita
cerca de Langreo. Tras preguntar y volvernos a perder y ya por fin haber dado
con la carretera buena, de pronto y cuando íbamos a todo ritmo un tamagochi
color azulón se nos plantó delante.
Yo
maldije a su inquilino, pero cuando vimos con la velocidad vertiginosa con la que
bajaba aquel rayo azul unas risas casi incontroladas nos invadieron. Se trataba
de un coche eléctrico, con su enchufe correspondiente, al que tratábamos de
seguir y al que perdimos de vista antes de entrar a Langreo.
Langreo
es otra cosa (43.070 hab. 43º18N/05º41W), está formado por los distritos
urbanos de Sama, Ciaño, La Felguera, Lada, Barros y Riaño. Y sus chimeneones
repartidos a lo largo del municipio nos dan buena muestra de que nos
encontramos en lo en el siglo pasado fue una de los puntos nacionales más
importantes de la siderurgia. Y por supuesto municipio neurálgico de la Cuenca
Hullera del Nalón.
Dejado
atrás Langreo tras preguntar a un
abuelete llegamos hasta la Estación de El Candaviú, sede del Ecomuseo Minero
Valle de Samuño. Pero como llegamos pasadas las doce tuvimos que hacer hora
tomándonos unas cervecitas en una barecito del al lado hasta la una del
mediodía.
Y a la una comenzó un maravilloso viaje por el pasado y por el interior
de la tierra, incluso a través del pequeño tren que nos llevó durante dos
kilómetros hasta el embarque de la primera planta del Pozo San Luis pudimos
pasar en dos ocasiones bajo el cauce del Rio Nalón.
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Estación del Candau |
Bocamina. |
Dicho trayecto fue impresionante, el primer de ellos entre la Estación y
el Pozo Samuño se realiza por el Valle pudiendo contemplarse la bocamina de La
Trechora y el Pozo Samuño, y el segundo se hace por el interior del Socavón
Emilia (un autentico transversal de mina). Luego en el embarque y a través de
un ascensor se sube a la Instalaciones del Pozo San Luis, donde se puede
recrear, con un mínimo de imaginación, lo duro de un trabajo como la minería.
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Instalaciones Pozo San Luis. |
Allí
visitamos el edificio de oficinas y pagaduría, la lampistería, casas de aseos,
talleres, botiquín, carpintería, fragua y el Socavón Isabel y todo bajo la
atenta mirada del castillete de perfiles de hierro roblonado.
La
visita a un lugar que desde 1.928 hasta 2.002 estuvo en funcionamiento fue toda
una experiencia y aún más el almuerzo que nos metimos en el Restaurante El
Chato, a escasos metros del Pozo San Luis y en la aldea de San Luis de la Nueva,
(Plaza de la Sierra).
En el Restaurante El Chato. |
Allí
otro golpe de Fabes (la mejores), carrillada, lechazo, y postres todo ello
regado con tinto de Navarra nos elevo a lo más
alto en un entorno único. Luego a la vuelta y por el bien de nuestra salud,
decidimos volver a la Estación del Candaviu, por una sendita paralela al
recorrido de ida. En nuestro camino pudimos ver desde las alturas el pozo
Samuño que evoca tiempos gloriosos pasados pero que en la actualidad está
abandonado.
Luego y a través de la AS-1
llegamos a Gijón (275.274 hab. (43º32N/05º42W) con algo de lluvia que nos
impidió que tras dejar
nuestras
pertenencias en el Hotel Pasaje (en pleno puerto deportivo), diéramos un
paseíto por dicho Puerto Deportivo y la Playa de San Lorenzo, para acabar el La
Sacristía, un templo al Sporting de Gijón donde compartimos cerveza y charla
con el propietario. Pero como los estomaguitos ya nos pedían “jateria”,
acabamos la noche en el Veira Do Mar, un antro donde su serio camarero nos
sirvió un magnifico pulpo acompañado de pimientos de padrón y ribeiro en
tazones como los del consomé.
San Luis de La Nueva |
Pozo Samuño |
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