domingo, 11 de enero de 2015

Asturias Mágica (V). Museo Minero y Gijón

Rulando por el Norte de España.

Dia 5. (Domingo, 29/6/2014)
De Cangas a Gijón pasando por el Museo Minero del Valle de Samuño. (124 Km).
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Tocaba cambiar de campamento base, y la verdad es que los cuatro días con sus noches correspondientes en Cangas de Onil resultaron ser sensacionales.
Ahora tocaba cambiar de ciudad donde alojarnos. Y eso siempre suele ser una sana incertidumbre. Pero antes de llegar a Gijón teníamos algunas cosillas en la agenda para visitar. Así pues pusimos rumbo a Infiesto donde desayunamos al solecito unas tostaditas con mantequilla buenísimas. Luego continuamos hasta Nava por la misma carretera por la que llegamos hasta Infiesto la N-634, hasta pasado Nava (unos kilómetros después) tomar la AS-119 que nos llevaría por pequeñitas adleas como Fresneda o Campiello donde cambiamos a una carreterita aún más estrecha la SI-14, donde nos topamos con más aldeítas como Los Cañales, El Acebal, La Cruz, para luego tomar la AS-324 hasta Llovera,  La Magdalena o La Rasa.

En ruta hacia Langreo

Todo ello entre valles con vistas maravillosas, donde parase era una tentación a cada minuto andado.
Que andábamos perdidos era una realidad que nos hizo llegar tarde a nuestra cita cerca de Langreo. Tras preguntar y volvernos a perder y ya por fin haber dado con la carretera buena, de pronto y cuando íbamos a todo ritmo un tamagochi color azulón se nos plantó delante.
Yo maldije a su inquilino, pero cuando  vimos con la velocidad vertiginosa con la que bajaba aquel rayo azul unas risas casi incontroladas nos invadieron. Se trataba de un coche eléctrico, con su enchufe correspondiente, al que tratábamos de seguir y al que perdimos de vista antes de entrar a Langreo.



Langreo es otra cosa (43.070 hab. 43º18N/05º41W), está formado por los distritos urbanos de Sama, Ciaño, La Felguera, Lada, Barros y Riaño. Y sus chimeneones repartidos a lo largo del municipio nos dan buena muestra de que nos encontramos en lo en el siglo pasado fue una de los puntos nacionales más importantes de la siderurgia. Y por supuesto municipio neurálgico de la Cuenca Hullera del Nalón.



Dejado atrás Langreo  tras preguntar a un abuelete llegamos hasta la Estación de El Candaviú, sede del Ecomuseo Minero Valle de Samuño. Pero como llegamos pasadas las doce tuvimos que hacer hora tomándonos unas cervecitas en una barecito del al lado hasta la una del mediodía.

Y a la una comenzó un maravilloso viaje por el pasado y por el interior de la tierra, incluso a través del pequeño tren que nos llevó durante dos kilómetros hasta el embarque de la primera planta del Pozo San Luis pudimos pasar en dos ocasiones bajo el cauce del Rio Nalón.

Estación del Candau

Bocamina.
Dicho trayecto fue impresionante, el primer de ellos entre la Estación y el Pozo Samuño se realiza por el Valle pudiendo contemplarse la bocamina de La Trechora y el Pozo Samuño, y el segundo se hace por el interior del Socavón Emilia (un autentico transversal de mina). Luego en el embarque y a través de un ascensor se sube a la Instalaciones del Pozo San Luis, donde se puede recrear, con un mínimo de imaginación, lo duro de un trabajo como la minería.

Instalaciones Pozo San Luis.
Allí visitamos el edificio de oficinas y pagaduría, la lampistería, casas de aseos, talleres, botiquín, carpintería, fragua y el Socavón Isabel y todo bajo la atenta mirada del castillete de perfiles de hierro roblonado.



La visita a un lugar que desde 1.928 hasta 2.002 estuvo en funcionamiento fue toda una experiencia y aún más el almuerzo que nos metimos en el Restaurante El Chato, a escasos metros del Pozo San Luis y en la aldea de San Luis de la Nueva, (Plaza de la Sierra).


En el Restaurante El Chato.
Allí otro golpe de Fabes (la mejores), carrillada, lechazo, y postres todo ello regado con tinto de Navarra nos elevo a lo más alto en un entorno único. Luego a la vuelta y por el bien de nuestra salud, decidimos volver a la Estación del Candaviu, por una sendita paralela al recorrido de ida. En nuestro camino pudimos ver desde las alturas el pozo Samuño que evoca tiempos gloriosos pasados pero que en la actualidad está abandonado.



Luego y a través de la AS-1 llegamos a Gijón (275.274 hab. (43º32N/05º42W) con algo de lluvia que nos impidió que tras dejar

nuestras pertenencias en el Hotel Pasaje (en pleno puerto deportivo), diéramos un paseíto por dicho Puerto Deportivo y la Playa de San Lorenzo, para acabar el La Sacristía, un templo al Sporting de Gijón donde compartimos cerveza y charla con el propietario. Pero como los estomaguitos ya nos pedían “jateria”, acabamos la noche en el Veira Do Mar, un antro donde su serio camarero nos sirvió un magnifico pulpo acompañado de pimientos de padrón y ribeiro en tazones como los del consomé.


San Luis de La Nueva

Pozo Samuño






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