Dia 6. (Lunes, 30/6/2014)
Descenso del Sella, Villaviciosa y Gijón. (174 Km).
Por fin el tiempo daba tregua y el día se presentaba soleado, por lo que decidimos que era el día indicado para realizar el descenso del Sella, algo que llevábamos en la cabeza desde que llegamos a Asturias pero que por un motivo o por otro no habíamos podido realizar.
Tempranito
emprendimos camino a Arriondas (2.575
hab. 43º13N/05º33W), donde desayunamos bajo los rayitos de sol en la plaza del
Ayuntamiento. Arriondas es sin duda un pequeño pueblo que vive al amparo del
Sella. Desarrollando en torno a él una autentica economía basada en el turismo
de aventura. En Arriondas se pueden encontrar
infinidad de empresas dedicadas al
descenso de canoa, barranquismo, quads, espelologia, paintball, senderismo,
tirolinas, rafting y un largo etcétera de actividades. Pero sin duda es la
capital de la piragua, con multitud de pequeñas fabricas y con un afición
desbordada por este deporte y con el mítico Descenso Internacional del Sella
que congrega a miles y miles de palistas a primeros de agosto de cada verano.
Y
con la intención de emular a esos palistas llegamos tras tantear un par de
empresas más a Jaire Aventura.
Allí
nos dieron nuestros chalecos salvavidas, nuestras palas, una bombona de
plástico con las bolsas de picnic y tras
recibir una pequeña instrucción por parte de un monitor, nos vimos en un
tobogán preparados para entrar en el rio desde un par de metros de altura.
Una,
dos, tres y flash, el contacto con el agua, fue literal ya que las fresquitas
aguas del Sella empaparon nuestros cuerpos desde la cabeza hasta los pies. A
partir de ahí una experiencia nueva comenzaba, por delante quince kilómetros de
aguas mansas casi siempre, entre paisajes y valles espectaculares, nos
esperaban.
Y
con paciencia, una manera de remar particular, una paradita en un chiringuito y
con tiempo cambiante nos ventilamos los quince kilómetros casi sin darnos
cuenta (tres horitas largas).
![]() |
Bajando el Sella |
Tres
horas en las que disfrutamos casi a cada minuto, casi a cada dos paladas de
derecha y una de izquierda, (modalidad implantada por Carmen, nadie daba palabas
así). Disfrutando con los pequeños rápidos, o incluso cuando quedábamos
encallados por la floja corriente y Carmen tenía que salir al rescate.
Momentos
especiales hubo muchos, (quince kilómetros dan de sí bastante), pero yo me
quedo con la entrada en a la curva del Rabión del Diablo. Otra vez nos veíamos
solos ante la inmensidad de un paisaje espectacular, en ese momento dejamos de
remar, y solo el pequeño balanceo de la flojita corriente alteraba un decorado
de ensueño.
En el Rabión del Diablo |
A
nuestra llegada al final del trayecto en Llovio, nos recogieron para llevarnos
a nuestro punto de partida en Arriondas donde tras darnos una ducha,
emprendimos camino para Villaviciosa, donde llegamos pasadas las siete de la
tarde a través de la AS-260 primero y la N-632 después.
Villaviciosa
(14.962 hab. 43º28N/05º26W)), es la capital manzanera de la comarca de la
sidra, donde se encuentran las Instalaciones de Sidra el Gaitero. Su enclave en
la ría del mismo nombre la dota de un lugar privilegiado y bonito.
Nuestra Señora de la Oliva (Villaviciosa) |
Nosotros hicimos una parada junto
a la iglesia de Santa María de la Oliva para reponer azucares y de paso pedir
algo de información en la Oficina de Turismo. A esas alturas el radiante sol de
la mañana ya había dejado paso a un cielo plomizo que descargaba agua de cuando
en cuando.
Puerto Deportivo de Gijon |
Iglesia de San Pedro |
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